UN EJEMPLO A SEGUIR

07.12.2012 11:34

 

FUE DADO POR MUERTO EN AFGANISTÁN

El soldado que resucitó

  • El soldado británico perdió las dos piernas en un atentado talibán

  • Le dieron por muerto e incluso fue colocado en una bolsa

En 2007, Derek Derenalagi fue declarado muerto en combate tras un ataque talibán en Afganistán. Tenía 33 años. El soldado británico, nacido en Fiji, estaba sirviendo a su país cuando una bomba explotó bajo su Land Rover. "Me dieron por muerto. Pusieron mi cuerpo dentro de una bolsa y cuando estaban preparándome para ser repatriado se dieron cuenta de que tenía pulso, muy débil pero lo tenía. ¡Estaba vivo aún!", relataba hace unos días el ex combatiente.

Pasó ocho días en coma y tres semanas en el hospital. Cuando se despertó estaba en la habitación del Selly Oak de Birmingham con su mujer Ana a su lado. Estaba vivo y no recordaba lo que había pasado pero había algo que impediría que lo olvidase el resto de su vida: Derek había perdido las dos piernas. Había salvado la vida pero los médicos no pudieron salvar sus extremidades. "No lamento haber perdido mis piernas porque lo hice sirviendo a mi país y haciendo algo que amo", comentó entonces.

Su carácter luchador, forjado en el Ejército, le hizo afrontar esta nueva etapa de su vida con determinación. No había que mirar atrás, no había tiempo para las lamentaciones, había que mirar al futuro. "Tenía la oportunidad de tener una nueva vida y poder intentar inspirar a otros. Juré que lo haría".

Pekín fue su inspiración
Durante su rehabilitación en el Centro de Headley Court, el ex combatiente vio por la televisión los Juegos Paralímpicos de Pekín. Para él, el deporte formaba entonces parte de su rehabilitación física. Tenía que recuperar masa muscular tras pasar muchos días en cama y trabajar la fuerza en los brazos y en los muñones para aprender a andar con prótesis y poder llevar una vida como hasta antes del atentado. No era fácil pero su fuerza de voluntad y la férrea disciplina aprendida durante su carrera militar resultaron claves.

El deporte le gustaba pero nunca se había planteado reorientar su vida hacia él hasta que vio por televisión los Juegos Paralímpicos de Pekín. Ver a gente en su misma situación compitiendo pero, sobre todo, defendiendo la bandera de su país le abrió definitivamente los ojos. Si no podía seguir sirviendo a Gran Bretaña en el frente, lo haría a través del deporte. Por eso se fijó una fecha en el calendario: Londres 2012. Era una oportunidad única porque además era en casa. "Nunca imaginé que estaría en unos Juegos pero qué mayor honor que representar a tu país ante tu gente!", decía antes de competir en los Juegos.

Ejemplo y ayuda
Cinco años, seis semanas y un día después de aquel fatídico dia, Derek entró en el Estadio Olímpico de Stratford para competir en lanzamiento de disco. En sus piernas dos prótesis con la bandera inglesa aunque los 80.000 espectadores que abarrotaban el estadio no pudieron verlas bajo los pantalones que llevaba. No consiguió pasar a la final, su mejor lanzamiento fue de 39.37 metros, lejos de la marca con la que había ganado el Europeo Paralímpico (41.41 metros). Fue lo de menos, el público agradeció su dedicación al país, dentro y fuera del deporte, ovacionándole y en pie.

Derek no se considera un héroe y no quiere que le traten como tal. "No soy un súper hombre. Tengo puntos débiles pero cuando me da el bajón me recuerdo a mí mismo que hubo gente que no volvió a casa de Afganistán", lamenta. "Sólo pretendía poner una sonrisa en la cara de la gente, especialmente de alguien que haya perdido una pierna y piense que ya no puede hacer nada. Servir de inspiración a alguien en esas circunstanciaas es para mí el mejor premio que podría recibir", dijo tras la competición.