Los Millonarios vuelven a su lugar

25.06.2012 14:46

El Millonario ganó -por fin- el partido que tenía que ganar y consiguió el regreso tan esperado a Primera. Después de un primer tiempo para el olvido, Almeyda se la jugó, Funes Mori cumplió y el Rey David convirtió los dos goles que devolvieron a La Banda al lugar del que nunca debió haberse ido. Ahora sí, a volver a ser River.

Se terminó un año de dolor, angustia e incertidumbre. Se cerró una temporada que empezó con el golpe más doloroso en la historia del club, con el apogeo de una década infame que parecía no tener fondo ni daba posibilidad al resugirmiento. Cuántas veces nos preguntamos si en algún momento llegaría el turno de empezar a subir, de empezar a recuperar aquel prestigio que muchos se ensañaron con dilapidar.

Encima, la B Nacional nos recibió entre amenazas de quita de puntos y la prohibición de jugar en casa. Y como si ello fuera poco, también amagaron con dejarnos afuera cuando nos tocara jugar lejos de casa. Así, contra todos y todo, nos tocó empezar a desandar este camino que jamás debimos haber recorrido.

Pero de la mano de Almeyda, Cavenaghi y el Chori recobramos cierta esperanza. Tres hombres del club nos hicieron ver que, en el momento más doloroso, la pasión por la camiseta no solo estaría representada en las tribunas, sino también en el campo de juego. De esa manera fue que nos embarcamos rumbo a un viaje de 38 estaciones desconocidas, una más brava que la otra.

Ganamos y goleamos, pero también perdimos y sufrimos. En el segundo semestre, mucho más de lo que hubiéramos querido. Y pudo haber sido peor si no hubiera llegado el señor del gol: David Trezeguet. Aquel francés campeón del mundo que recaló en Argentina para experimentar una nueva "aventura" y defender la camiseta que tanto quiso durante su breve infancia en Vicente López.

Pocos minutos de juego bastaron para que las dudas sobre su condición física quedaran de lado y la hinchada lo encumbrara al pedestal del Rey David. Es que a fuerza de goles suplió muchas falencias del equipo. Pero justo en la recta final del torneo, hasta Trezeguet se quedó y River lo sufrió. Todo River lo sufrió.

La angustia de los últimos partidos, la incertidumbre, provocó que muchos compararan el bajón del equipo con aquél desenlace fatídico en Primera División, porque River dio la sensación de quedar al borde del nock-out. Pero, golpe por golpe, terminó encontrándose con la punta del torneo a solo un round del final. Ese final que, como no podía ser de otra forma, tuvo una previa bien cargada de dimes y diretes que solo buscaron embarrar la cancha.

Inhabilitaciones ridículas, tribunas vacías, entradas limitadas y otro técnico ignoto aprovechando sus dos minutos de fama, fueron los condimentos en la antesala de un partido que tuvo una primera parte para el olvido, y una segunda, para el recuerdo eterno: El Rey David se cargó el equipo al hombro para devolver a La Banda a Primera y reencausar a River en ese camino que jamás debió haber perdido. Listo, ya está de regreso, pero este debe ser apenas el comienzo.